Dirección: José Sanchis Sinisterra
Países participantes con obras: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, España, México, Perú y Venezuela.
Espacios: Gran Teatro Falla, Sala Central Lechera, Colegio Carlos María Rodríguez de Valcárcel, Baluarte de la Candelaria, Teatro de Verano José María Pemán, Instituto Columela, Instituto Ntra. Sra. del Rosario, Plaza del Falla, Plaza de San Antonio y Plaza del Palillero.
Autor del cartel: Francisco Toledo (México)
Después del enorme impacto que tuvo la edición anterior, tocaba reestructurar la organización del festival. Juan Margallo abandonó la dirección después de un maravilloso trabajo durante siete años y fue sustituido por uno de los grandes dramaturgos y directores del teatro contemporáneo español: José Sanchis Sinisterra. Además, el FIT se convirtió en un Patronato, una figura jurídica que facilitaba la contratación, organización y expansión del festival y que se mantiene hoy en día. Estaba y está integrado por el Ayuntamiento de Cádiz, el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), la Junta de Andalucía, la Diputación Provincial de Cádiz y la Universidad de Cádiz.
El nuevo director dedicó toda la edición a la América Indígena. El cartel de la edición, diseñado por el artista mexicano Francisco Toledo, reflejó esa apuesta. En él se evoca la manera indígena de ver el mundo y su conexión profunda con la naturaleza y el simbolismo.
Por eso, y por la drástica reducción del presupuesto debido a la crisis económica que había en España en aquel entonces, el FIT se centró sobre todo en espectáculos de danza y música. Entre los primeros, hay que destacar las obras mexicanas La ópera descuartizada y Pavana para un amor muerto, que exploraba el tema de la revolución a través de la danza contemporánea con tintes de crítica social; o Quattuor, Pescando agujas, Ardid y Epitafio, del Instituto Superior de Danza de Venezuela.
En cuanto a música, y siguiendo con la temática central de la América indígena, se propusieron espectáculos con instrumentos tradicionales precolombinos de diversas regiones, como el concierto-recital Espejo del día y de la noche, de Antonio Zepeda, o Moliendo sonidos, del grupo peruano Batán.
El festival fue agraciado con la concesión del Premio Máster Europeo, otorgado por Máster Europeo (España).