Dirección: Isla Aguilar y Miguel Oyarzun
Espacios: Gran Teatro Falla, Sala Central Lechera, Teatro del Títere La Tía Norica, Biblioteca Pública Provincial, Antiguos Depósitos de Tabacalera, Baluarte de La Candelaria y diversos recorridos por la ciudad.
Países participantes con obras: Argentina, Alemania, Bélgica, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, España, Francia, México, Perú, Portugal y Uruguay.
Autor del cartel: Loren Roldán (España)
El FIT 2020 estuvo marcado por dos acontecimientos: la pandemia del coronavirus y una nueva dirección del festival. Tras la jubilación de Pepe Bablé, se decidió encargar las próximas ediciones al tándem compuesto por Isla Aguilar y Miguel Oyarzun.
En cuanto al COVID-19, su impacto había paralizado el mundo: hubo cientos de miles de muertes y meses de confinamiento en los cuales no se podía salir a la calle. Eso provocó la paralización de cualquier espectáculo hasta bien entrado el verano y estos se hacían con múltiples restricciones. El festival adaptó su programación y los formatos para garantizar la continuidad de su propuesta artística, beneficiándose de que por las fechas en las que transcurre históricamente el festival (octubre-noviembre) ya se habían suspendido o suavizado algunas de las medidas más restrictivas. Es por eso que el FIT 2020 se desarrolló bajo el lema de resistencia cultural frente a las restricciones impuestas por la pandemia. Según el Diario de Cádiz, “esta edición del FIT no solo celebró el teatro, sino que se convirtió en un acto de resistencia ante la adversidad, ofreciendo un espacio para la reflexión colectiva sobre los desafíos actuales.”
La incorporación de formatos híbridos, que combinaban representaciones presenciales y virtuales, permitió mantener vivo el diálogo entre artistas y espectadores. Esto refleja la capacidad del teatro para reinventarse en tiempos de crisis, adaptándose a las limitaciones. La programación del FIT reunió a 26 producciones de 13 países, muchas de ellas colaborativas, explorando temáticas como la memoria histórica, la crisis medioambiental, la identidad y los efectos sociales y emocionales de la pandemia. La selección destacó por su diversidad estética y temática, con propuestas que fueron desde la reinterpretación de clásicos hasta la experimentación con ‘performances’, pasando por el teatro documental.
En términos de asistencia, aunque las restricciones sanitarias limitaron el aforo presencial, las actividades ‘online’ ampliaron significativamente el alcance del festival, permitiendo que espectadores de todo el mundo participaran en las propuestas.