Dirección: Pepe Bablé
Espacios: Gran Teatro Falla, Sala Central Lechera, Baluarte de La Candelaria, Aulario La Bomba de la Universidad de Cádiz, Centro Integral de la Mujer, Centro Cultural Reina Sofía, Castillo de Santa Catalina, Plaza de la Catedral, Plaza del Falla, Plaza de San Juan de Dios, Plaza del Mentidero, Plaza San Antonio, Plaza del Palillero, Plaza Ingeniero La Cierva, Plaza de Mina, Plaza de Puntales, Plaza de Loreto, Plaza de La Candelaria y Calle Brigadier Tofiño.
Países participantes con obras: Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, EE.UU., España, México y Portugal.
Autor del cartel: Juan Ángel González de la Calle (España)
Como era costumbre, esta edición tuvo un país invitado de honor: Ecuador. Por eso, el festival otorgó un lugar destacado a su mejor dramaturgo: Arístides Vargas. Su obra explora las complejidades del exilio y la identidad latinoamericana. Sus producciones De un suave color blanco y Cirandar encantaron al público. Reflejaban una profunda conexión con el contexto histórico y social de América Latina, utilizando el simbolismo y la poesía para denunciar los problemas de esa región del mundo. Dirigida por el propio Arístides Vargas, De un suave color blanco tuvo las mejores críticas. El Diario de Cádiz, por ejemplo, resaltó que “ofrece una experiencia profundamente emotiva, abordando el dolor del exilio con una sensibilidad poética única”. Por otra parte, Cirandar, estructurada en actos breves, usó la música y el movimiento como herramientas narrativas para resaltar la complejidad emocional de sus personajes.
Seguramente conocerás La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca. Es una obra que se representa mucho porque es una de las cumbres del teatro español y como tal se estudia en los institutos. Pero la versión que hizo la compañía ‘TNT- Gitanas del Vacie’ sorprendió a todos. Dirigida por Pepa Gamboa, era interpretada por mujeres gitanas no alfabetizadas del Vacie, uno de los barrios más deprimidos de Sevilla. La autenticidad y la espontaneidad de esas actrices no profesionales añadieron un nivel profundo de realismo a la obra. En la función se criticaba la opresión social y el machismo que persisten en la cultura gitana.
El festival incluyó exposiciones significativas como una muestra de todos los carteles que narraban su historia visual. Fue un antecedente de la que disfrutas en esta edición en la Plaza de España.
Este año, el FIT fue agraciado con la concesión del Premio ‘La Glo’, otorgado por el Encuentro de Mujeres de Iberoamérica en las Artes Escénicas; y con la entrega de la Medalla Conmemorativa del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral por parte de CELCIT (Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral).